Carta a una mala madre
Un hombre que pasaba sus últimas horas en su celda, esperando ser ejecutado, pidió como último deseo papel y lápiz.
Luego de escribir por varios minutos, le dijo a su custodio: Por favor, entréguele ésta carta a mi madre.
La carta decía así:
Madre, creo que si hubiera más justicia en éste mundo, tanto tú como yo deberíamos de ser ejecutados. ¡Tú eres tan culpable como yo de mi miserable vida!
¿Te acuerdas madre, cuando llevé a la casa aquella bicicleta que le quité a otro niño igual que yo? Me ayudaste a esconderla para que mi padre no se enterara.
¿Te acuerdas madre, cuando me robé el dinero de la cartera de la vecina? Fuiste conmigo al centro comercial y lo gastamos juntos.
¿Te acuerdas madre, Cuando botaste a mi padre de la casa porque quiso corregirme? Porque me había robado el examen final de mi grado y me habían expulsado.
Madre, yo era sólo un niño, un inocente que necesitaba corrección, y no consentimiento. Te perdono, y sólo te pido que le hagas llegar esta reflexión a todos los padres del mundo, que sepan que ellos son los únicos responsables de formar, a un hombre decente, o a un vulgar delincuente.
Gracias madre por darme la vida y gracias también por ayudarme a perderla. ¡Tu hijo!!
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