12 de octubre de 2025, República Dominicana.- En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) reafirmó su compromiso con el bienestar emocional de los niños, niñas y adolescentes (NNA) en la República Dominicana, alertando sobre la alarmante realidad que viven muchos menores en materia de salud mental, violencia social y vulneración de derechos fundamentales.
Cifras que estremecen: suicidios en menores de edad
De acuerdo con el informe “Estado de la Situación de los Niños, Niñas y Adolescentes ante la Violencia”, entre 2017 y 2021 se registraron 17 suicidios en niños entre 8 y 10 años de edad, y solo en 2022 se reportaron 19 suicidios en personas menores de edad.
El grupo más afectado sigue siendo el de adolescentes entre 15 y 17 años, aunque el subregistro y la falta de datos consolidados limitan la comprensión real de la magnitud del problema.
“Cada niño y cada niña necesita espacios de escucha, afecto y acompañamiento para crecer con esperanza”, señaló Anyoli Sanabria, representante de UNICEF en el país.
Sanabria también subrayó la necesidad de prestar mayor atención a los varones adolescentes, quienes muchas veces enfrentan estigmas culturales y presiones sociales que les impiden expresar sus emociones, elevando el riesgo de trastornos emocionales, aislamiento y decisiones trágicas.
Violación de la privacidad, sexualidad y reputación: una forma brutal de violencia
Más allá de la violencia física, UNICEF y otros organismos han comenzado a alertar sobre formas invisibles pero letales de violencia emocional y social, como lo son:
- La violación de la privacidad y la intimidad digital.
- El acoso en redes sociales (bullying y cyberbullying).
- La difamación, el escarnio público y la destrucción del buen nombre de menores y adultos.
- El uso de videos, audios o imágenes íntimas sin consentimiento, afectando gravemente la salud emocional y psicológica de las víctimas.
Esta cultura de daño sistemático a la reputación de otros, muchas veces sin consecuencias legales proporcionales, ha creado un entorno tóxico donde el chisme, la burla, la difamación y el juicio público sustituyen la justicia y el respeto a la dignidad humana.
La difamación no es una broma ni “algo de las redes”, es una forma cruel de violencia psicológica que puede destruir vidas, aislar socialmente, y llevar a decisiones fatales como el suicidio.
Nuevo Código Penal 74-25: una luz de esperanza
La Ley 74-25, correspondiente al nuevo Código Penal de la República Dominicana, aprobado en 2025 y con entrada en vigor en agosto de 2026, representa una esperanza jurídica para revertir esta situación.
Algunas de las novedades del código:
- Reconoce más de 70 nuevos delitos, incluyendo bullying, acoso digital, difusión de contenido íntimo sin consentimiento, entre otros.
- Introduce sanciones más severas por violación de la privacidad y difamación, especialmente cuando afectan a menores.
- Establece penas de hasta 40 años de prisión para los delitos más graves.
- Reconoce la responsabilidad penal de las personas jurídicas, lo que permite sancionar también a empresas, plataformas o instituciones que participen o permitan la difusión de contenido dañino.
- Protege con mayor claridad el derecho a la intimidad, al honor, al buen nombre y a la integridad emocional de las personas.
La niñez necesita más que leyes: necesita conciencia
Aunque el nuevo Código Penal representa un avance fundamental, la transformación debe ser también cultural y social. La educación emocional, la alfabetización digital, la formación sobre derechos humanos y la empatía deben formar parte del tejido social.
Se necesita:
- Espacios seguros en escuelas y comunidades.
- Campañas de sensibilización en medios y redes sociales.
- Programas de salud mental accesibles y gratuitos.
- Responsabilidad activa de los medios de comunicación en la protección de menores.
- Formación para familias sobre acompañamiento emocional, prevención del suicidio y gestión de emociones.
La violencia emocional y digital también mata
La violencia contra los niños, niñas y adolescentes no solo se manifiesta en golpes o abusos sexuales. La palabra, el rumor, el juicio malicioso, la burla y el escarnio público también son armas que hieren profundamente.
Proteger la salud mental, la intimidad y el honor de las personas —especialmente de los menores— no es solo una obligación moral, es un derecho humano y una responsabilidad legal.
Una sociedad que no cuida el alma de sus niños, no tiene futuro.— Dr. Juan Lora
Publicar un comentario